21 Noviembre 2015

Se ve que no había acuerdo generalizado sobre discusiones que parecían saldadas. Alguien alguna vez dijo que las leyes en el último tiempo corrieron por izquierda a nuestra sociedad argentina que mañana elige presidente. Pensaron que la idea de que el Estado tiene que estar cada vez más presente y proteger a los que menos tienen - aunque eso signifique cierta disfuncionalidad económica - estaba acordada y no. Hay quienes siguen pensando acá y en otros lares que nuestro tire y afloje (oferta y demanda) se acomoda solo y en algún momento todos ganamos. La violencia y el revanchismo se avivan en ocasiones que son puntos de inflexión desde y hacia todos lados. Hoy podemos decir que las letras que vendrían a regir nuestro comportamiento permiten que dos personas del mismo sexo se unan y se besen por la calle, que haya delitos de lesa humanidad condenándose, que haya instituciones, asociaciones y políticas públicas que vayan en busca de movilizar cierto pensamiento crítico, poner en juego y en discusión los vericuetos del sentido común. Pero no es así para todos. Intereses diversos se entrecruzan y los que tienen la manija suelen poder subyugar a los del otro lado del mango. Los que meten palo desde un escritorio suelen poder dormir de noche. Lo mismo los que hacen plata con el sufrimiento de otros (a veces indirecto y a largo plazo y por eso se siente menos). Mañana se elige presidente pero mañana también habrá gente con frío o con hambre y parece que los procesos políticos que permitirían que eso no tenga que sucederle a tantos (y esperemos algún día a ninguno) son tan lentos y tienen tantas idas y venidas y le cuesta tanto a algunos desprenderse de sus veleidades personales. Hoy podemos decir que algo hemos aprendido, individual y colectivamente. Cuanto más al descubierto estén los enfrentamientos y las posturas que chocan mejor será para poder distinguir nuestros propios posicionamientos, aunque parezca que todo está por explotar o que todo está consistentemente en ebullición o que parezca un quilombo. Eso no es necesariamente perjudicial. Al terminar las cuentas lo que importa es lo que uno realmente piensa y en todo caso cuál es el daño de manifestarlo.

Las circunstancias del "sistema" político-partidario y sus condiciones casi estructurales no permitieron que los candidatos que se ofrecen entusiasmen tanto como otros ni que expresen sus ideas o proyectos tan claramente. También eso tiene que ver con un nosotros que somos los que consumimos en los medios de comunicación un poco lo que nos enchufan y otro poco ni nos movemos por pedir o producir otra cosa. Hay que ver si uno nunca demanda otra cosa que lo gracioso, la chicana o el show, si va a venir repentinamente un cambio de agenda de quienes amplifican voces. Elija usted la interpretación de esta exteriorización, de eso se trata.

Elija usted lo que va a hacer mañana de acuerdo con las posibilidades. Procuremos inventar nuevas objeciones, nuevos desafíos. Procuremos demandarles y demandarnos algo nuevo, algo mejor. No es un "ellos" hipotético el dueño de lo que nos sucederá. Nosotros mismos tenemos mucho que ver con lo que nos pasa. Queremos que las cosas funcionen mejor pero a veces nuestro aporte al parecer minúsculo queda relegado al plano de lo opcional. No seamos tan hipócritas. No sólo hay que decir que somos críticos, hay que serlo y vivirlo. Renunciaré como tantos otros y como un personaje histórico en particular a toda pretensión de originalidad para concluir parcialmente esta reflexión y solamente diré una frase. Dos palabras que condensan mi deseo y predicción. Mi idea y mi acción. Palabras que juegan a recordar otros momentos pero que tienen una vigencia ardiente. La alegría de sembrar no te la pueden quitar.

Nunca menos.

#Argentina #Elecciones #Macri #Scioli #PRO #Kirchnerismo #PolíticaArgentina #21noviemnre2015 #Cambiemos