top of page

Cuando el árbol no deja ver el bosque

  • Eloísa Escalante
  • 7 dic 2015
  • 3 Min. de lectura

El proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos (EE.UU) ha sido calificado por distintos medios informativos como un rotundo éxito. Sin embargo, a la hora de hacer una evaluación más detallada, la forma en que estos dos países han llegado a ese punto implicó una serie de pasos previos y también un conjunto de consecuencias para el futuro que no pueden pasarse por alto.

Las medidas políticas dieron el puntapié inicial, ya que desde el momento mismo de la creación de sendas Secciones de Intereses por parte de Castro y Carter en 1979, ellas continuaron en sus funciones hasta convertirse oficialmente en Embajadas el día 20 de julio de este año. Se mantienen en suspenso los nombres de las personas que ocuparán los cargos de Jefes de Misión en cada una de ellas, y por el momento sólo se ascendieron al rango de Encargado de Negocios Ad Interim al cubano José Ramón Cabañas y al estadounidense Jeffrey DeLaurentis, quienes estuvieran anteriormente a la cabeza en Secciones de Intereses.

También en relación al funcionamiento de las Embajadas, ha desaparecido la anterior limitación al libre desplazamiento de los diplomáticos cubanos al perímetro de Washington y al de los estadounidenses en La Habana (quienes en el pasado debían solicitar un permiso) y actualmente es suficiente la notificación de los viajes por parte de los funcionarios. En cuanto a las medidas económicas, si bien el embargo aún persiste, en su dircurso del 1º de julio de este año Obama ha pedido al Congreso norteamericano que evaluara la situación y tomara medidas para levantarlo. Asimismo reconoció que la política de aislamiento a Cuba fue un fracaso y que por lo tanto es necesario cambiar de enfoque.

Por ello, Estados Unidos se encuentra flexibilizando las restricciones para el comercio y los viajes, permitiendo además un uso limitado de tarjetas de crédito y débito en Cuba, y por último ampliando el límite de envío de remesas y la exportación de algunos materiales para la iniciativa privada en la isla llevada a cabo por los denominados “cuentapropistas”.

En vistas al futuro, ambos gobiernos difieren en el enfoque a adoptar respecto a su contraparte. Por un lado, el líder cubano a través de una carta enviada en julio del corriente a su homólogo, desde una postura maximalista ha exigido el levantamiento de todas las sanciones económicas, la devolución de la base naval de Guantánamo, la eliminación de la Ley de Ajuste Cubano (que favorece a los migrantes cubanos en Estados Unidos) y finalmente reparaciones al pueblo cubano por los daños causados por las políticas de Estados Unidos. Por otro lado, el gobierno estadounidense adoptando una postura minimalista, busca ‘empoderar' a la sociedad civil independiente en Cuba, estimular el crecimiento del sector de cuentapropistas y fomentar mayor tolerancia hacia la disidencia y respeto a los derechos humanos.

Teniendo en cuenta este escenario tan complejo para la conciliación de posturas, cabe preguntarse cuáles son los intereses subyacentes que se pondrán en juego a fin de consolidar el proceso de normalización de relaciones bilaterales entre estos países. Muchos fueron los obstáculos previos al inicio de la normalización y otros tantos serán los desafíos que se plantean en el futuro. Ellos configuran el frondoso bosque sobre el cual se nos aparece el árbol más llamativo, aquel que representa el restablecimiento de relaciones diplomáticas. Este árbol ya ha echado raíces y ha implicado un paso irreversible para ambos países. En un breve lapso de tiempo, la democracia, la igualdad soberana y la resolución pacífica de controversias serán algunos de sus más preciados frutos.

Коментарі


Entradas destacadas
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Entradas recientes
Archivo
Categorías
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square

© 2023 by Name of Site. Proudly created with Wix.com

bottom of page