El cambalache de Mauri

​​ "Cambiemos” ganó en las últimas elecciones democráticas el poder ejecutivo Nacional y Provincial. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no fue esta coalición la que ganó, sino sólo el PRO.

El Oficialismo admitió adecuadamente su derrota, evitó cierta confrontación que es la que se le atribuye como mayor defecto y fuente del rechazo de la mayor parte de la población. Este rechazo fue mayor en la zona de la pampa húmeda, ya que en provincia Scioli solo ganó en el conurbano y perdió en el interior de la provincia.

Argumentos sobre las causas y efectos de esta realineación política son diversos. En la prensa argentina se habla mucho sobre la manera, la forma y no tanto sobre el contenido, igual me permito destacar algunas visiones y puntos de vista. Algunos acentuaron las causas al voto ciudadano del PRO (de las urbes argentinas), otros ponen en relevancia la herida al campo que desde mi visión fue su aliado rural.

Pero el PRO ya ganó, y no es la frase de Stolbizer. Rápidamente se desplegó desde el modo campaña al modo administración, y en esa secuencia tenemos cambios en el mismo PRO. Quizás no veamos o escuchemos por mucho tiempo a Duran Barba, tipo al cual Macri debería hacerle un Monumento en Plaza de Mayo.

En esa rearticulación de personajes, o cuadros, vimos la otra cara de Cambiemos: una impronta aristocrática que se jacta de tener de funcionarios a los mejores, donde el representante de bancos extranjeros o en otras palabras la banca internacional, te dice Dream Team y decís: Apa ¿qué paso? Ni asumieron. ¿Cuándo dejamos de ser los parias financieros del mundo para transformarnos en ejemplo dela alternancia política en Latinoamérica que tanto le gusta a occidente?

Moody´s pasó la nota de deuda Argentina de negativa a estable y luego a positiva en cuestión de 3 semanas, sin dudas vamos a un gobierno con otra idea de la Argentina en el mundo, Macri ya habló sobre la cláusula Democrática del Mercosur contra Venezuela. Parece irónico que lo que el bolivarianismo pensó que lo iba salvaguardar contra un golpe de la oposición es hoy en día lo que podría ponerlo en jaque frente al concierto internacional. Desde ya que estos ladridos en la escena exterior son eslabones para generar la “confianza”, igual más moderado que la épica forma en que Menem se retiró del Movimiento de los No-Alineados donde solo le faltó decirles que eran unos resentidos y eran pobres porque querían.

La realineación Argentina es un hecho en parte a la nueva ideología del gobierno pero también es una reacción de una experiencia de sanciones de diversos tipos más que nada financieras a nuestra economía. El país no tiene tanta deuda como la mayoría de los países centrales pero lo que sí tiene es una hambrienta industria trasnacional protegida por el Estado que necesita de dólares para expandirse sea vía productos intermedios o terminados como maquinaria, industria que en los países centrales producen excedentes y acá la tenemos que financiar. Será esa industria la que sufrirá los mayores sacrificios de una realineación política comercial, o mejor dicho los vulnerables de esa industria porque los grandes son muy grandes para caer y aunque Techint reclame, es sólo para obtener una mayor parte del pastel. La histórica tendencia deficitaria de nuestra industria no pudo ser revertida durante la anterior gestión, mucho menos la fuga de capitales que empezó a intensificarse en el 2009. El gobierno reaccionó blindando la frontera durante dos años, pero después se fugaban las divisas hasta cuando esas mismas transnacionales estaban protegidas. Migraciones de divisas que también podrían sucederle a Macri, si luego de un modelo para atraer dólares no lo complementa con un modelo para regenerar las divisas enel país. Volviendo al 2011, en este contexto se mostró la cara más proteccionista y agresiva del gobierno frente al mercado exterior, conocimos los derechos de importaciones, restricciones al envío de remesas al exterior por parte de las empresas, el cepo, las apretadas de Moreno, y luego aparecieron los glamorosos buitres. Fue un contexto duro, en el cual llamarnos país paria era de las más blandas denominaciones que surgían en las mesas financieras. ¿Se acuerdan de la cláusula RUFO (Right Upon Future Offer) que vencía en enero? Apenas venció, Kicillof le cortó el teléfono a los buitres. La banca quedó un poco resentida después de eso. Por eso hoy Mauri quiere cambiar, porque trae sus beneficios. Ya lejos quedaron los comentarios de Melconian diciendo que los buitres eran unos "buenos tipos" o algunas predicciones de Lilita Carrio del golpe de Estado de “La Cámpora”.

A Cambiemos le queda grande el gobierno (en el sentido de la cantidad de cargos y cuadros que necesitaría para llenarlos, sin ser una crítica). Yo sólo espero que el relato del consenso no pase a ser el de Washington, haciendo recortes negativos amparados en una alta inflación que, además a la que ya tenemos, Cambiemos parece empeorar.

La pronta suba de precios de las empresas alimenticias antes de la devaluación es una bajada de línea que indica que la iniciativa del poder la tendrá el mercado pero se equivocaron de contexto ya que Kicillof está en su cargo y multó a las empresas por 8,5$ millones ya que no había justificación para subirlos un 20%.

Con la herencia de la cara más agresiva del Kirchnerismo, cualquier guiño a occidente y a su

banca provocará resultados muy fructíferos en la prensa occidental como en préstamos, inversiones y comercio (en el corto plazo). Que será más un sinceramiento de las capacidades productivas y crediticias del país con relación a la banca. Porque la actual situación de la deuda no es muy diferente que hace 3 semanas para pasar de negativa a positiva como dice Moody´s. Este contexto es primavera, ya que el desafío es que el país genere excedentes de capitales y no depender de los condicionales del exterior.

Y Mauri sobre generar capitales no habló nada. Su modelo de administración es propicio para atraer capitales, pero no en generarlos con un modelo productivo integral. A lo mucho puede lograr que la rural liquide algunos dólares de granos encanutados y restaurar la confianza con la banca internacional, pero estas medidas de corto plazo están lejos de un modelo de desarrollo sustentable. A falta de este modelo se podría caer en lo que tanto criticó: la emisión de moneda.

Cambiemos en su desafío se vincula con actores externos que pueden aliviarlo en el corto plazo, pero esto no solo crearía resentimiento durable en parte de la ciudadanía, sino que esa vinculación con sectores del exterior son coyunturales y su renovación impone ciertas concesiones que históricamente a los gobiernos argentinos siempre les parecieron abusivas y por eso, este tipo de relaciones fueron poco durables o muy indignas. Ejemplo de esto último es que a pesar de ser el mejor alumno del FMI (ajustando, privatizando y liberalizando a mansalva) nos negó el ultimo préstamo que hubiese permitido no caer en default, pero si salvo a Brasil prestándole 40 mil millones de U$D.

La industria no es el único sector que sale con poder reducido. La burocracia partidaria es otro de los sectores más afectados sino el más. Imaginen que el nuevo gobierno ya anunció la creación de un ministerio entero para reducir burocracia (el de modernización). Esta lógica de crear burocracia para reducir burocracia no me convence pero es parte de esta nueva gestión, que de oposición criticó y demonizó a la emisión de dinero pero de gobierno es el primero en proponer próceres para un billete de 500. Qué medidas raras estas que crean burocracia para reducirla y emiten dinero para bajar el gasto público. Mauri dice que es por una cuestión de facilidad monetaria pero él nunca - hasta ahora- ha manejado una máquina de emitir y la tentación de comprar paz social con dinero devaluado es la gran tentación de la era del capitalismo financiero.

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